
Cosecha tecnológicamente controlada
Hasta hace un año atrás la empresa Pucalán realizaba los pagos de los trabajadores por viaje, sistema con el que faltaba exactitud y se incrementaba el valor por kilo. Se entregaban $250 por capacho, asumiendo que el peso de éste era siempre 15 kilos. Con el tiempo descubrieron que, en cambio, llegaba al bins con […]

Ante este panorama comenzaron la búsqueda de una alternativa que fuera más exacta y con la que pudieran conocer las cantidades de fruta que estaban obteniendo en el campo.
Hoy en día el control lo realizan por medio de un sistema de pulsera y escaneo de teléfono. ¿Cómo funciona? Las balanzas están conectadas vía bluetooth con los teléfonos móviles y cada trabajador posee una pulsera con un código que lo identifica. Así, cada vez que el cosechero pesa su capacho y escanea su pulsera, entra la información al teléfono, datos con los que después se realiza un reporte.
A través de esta tecnología, proveída por la empresa Agroid, Pucalán ha podido contar con un mejor control de la fruta que se está cosechando y una mayor seguridad de los kilos que se envían a la planta.
Asimismo genera una transparencia con el trabajador, según explica Fabián Ibarra, capataz de campo de la compañía, ya que así sabe que lo que recibe es por lo que está cosechando, ni más ni menos.
Uno de los objetivos de la implementación de este sistema pasaba por mejorar la eficiencia de cosecha, factor que se refleja en la reducción de los tiempos y en la disminución de la mano de obra. Según comenta Ibarra, la persona reduce los tiempos de recolección, ya que no tiene que estar preocupado de si le contaron las unidades o no. Pesa su cosecha y se va. De esta manera bajaron alrededor de diez segundos por descarga, lo que se traduce en una reducción de un poco más de una hora al cierre de una jornada.
Además se ha generado una reducción en la cantidad de mano de obra. Y es que el trabajo que realizaban con doce personas, al implementar el sistema de pulseras, pueden hacerlo con ocho.
Una situación similar, pero a mayor escala fue la que ha visto Diego Cortés, CEO de Agroid. Señala que si el productor paga por bandeja y quedaran unos 20 minutos para que finalice la faena, el cosechero no va a continuar porque no va a ser capaz de llenarla. Sin embargo, si el pago se hace por kilo, aunque en ese tiempo saque sólo un puñado de fruta, se lo pagan igual. “El cosechero sigue trabajando y te sigue recolectando fruta, por lo que se genera un beneficio mutuo: él gana más plata durante el día y el productor obtiene más kilos cosechados”.
Cortés recuerda un huerto en Los Ángeles en que antes de implementar este sistema trabajaban con 1.200 cosecheros, cantidad que se redujo en 400 tras el uso de esta tecnología. “Con 800 cosecheros tuvieron el mismo rendimiento de campo pero con menos mano de obra”.
Gestión eficiente
La cantidad de kilos o el número de cajas cosechadas, dependiendo del nivel de tecnología con el que cuente el huerto, son las dos formas de cuantificación del sistema de trazabilidad de cosecha Agroid que utiliza Hortifrut.
Cuando los campos cuentan con una balanza con bluetooth, la caja se pesa y se asocia al cosechero contabilizando la cantidad de kilos exactos con sólo un escáner de la pulsera. Así lo explica Denise Donnay, subgerente de innovación de la firma, quien agrega que de no contar con la balanza, se pueden contabilizar las unidades de cajas cosechadas. “Este sistema nos permite llevar el registro de los kilos campos cosecha dos por sector en línea”.
Asimismo, todos los campos de esta empresa cuentan con una tarjeta impresa en cada hilera que permite medir la frecuencia de cosecha. Al escanearla se puede conocer cada cuántos días se cosechó una determinada hilera, un sector en particular o una variedad. Así, cada tarjeta cuenta con la trazabilidad completa de ese punto.
Con la implementación de estos sistemas el gran plus que ha obtenido la empresa pasa por la eficiencia en la administración de los recursos. “Conoces exactamente cuántos kilos está cosechando cada trabajador al final del día. Eso permite conocer cuánta gente trabajó en cada sector, cuál fue el rendimiento del día o de una cuadrilla.
Antes hacías la misma gestión pero para tener la información te demorabas una semana”, explica la experta y agrega que se genera una eficiencia en la gente complementaria al cosechero, como los digitadores, ya que antes se necesitaba pasar los datos registrados en papel; así, ahora ya no existen errores de digitación.
De esta manera, se genera una eficiencia en la gestión de cosecha, lo que a su vez puede mejorar el proceso en sí. “Con este sistema puedes seleccionar a los cosecheros que rinden más y enfocarte en trabajar con ellos. Ahí genera una eficiencia en tu cosecha porque con menos gente cosechas más kilos”, profundiza.
Código trazable
Eficiencia en la cosecha y en la gestión del proceso han sido los resultados que obtuvieron las empresas al implementar el sistema de pulseras de Agroid.
Pero esta compañía cuenta con otra alternativa: etiquetas con código QR. Se trata de una etiqueta autoadhesiva que el cosechero le pega a su bandeja.
Antiguamente cuando esa bandeja llegaba a la central de recepción había una anotadora que llevaba el registro de forma manual con una planilla. Hoy lo hacen con un smartphone y la aplicación Agroid: de esta manera se captura la bandeja, se enlaza trabajador y además se incor poran datos para la trazabilidad.
“El hecho de que el cosechero pegue una etiqueta a la bandeja asegura la trazabilidad de la misma. Si en el control de calidad se ve que la bandeja viene con fruta mala, se va al código y sabes quién la hizo. Entonces el cosechero toma más conciencia de la fruta que está recolectando”, cuenta Diego Cortés, CEO de Agroid, quien añade que además todo el proceso es más rápido ya que se puede ver en línea, por ejemplo, los kilos que se llevan recepcionados por cuartel y por variedad.
Este tipo de tecnología es la que utilizan en la empresa Monfrut para los manzanos, mientras que en las cerezas aplican las pulseras, sistemas que les ha entregado positivos resultados en cuanto a producción. “Al tener la información de forma inmediata, se puede informar al cosechero. Si un bins no califica para la exportación, se detecta la cuadrilla, se les entrega una pauta y se mejora la cosecha de forma inmediata”, explican desde la empresa, donde gracias a ello se han mejorado los porcentajes de exportación, con un 10% más en el caso de las manzanas.
Control al alcance de la mano
Una pulsera en la muñeca del cosechero que emite un beep cuando se acerca al lector ubicado en el bins permite conocer las unidades que lleva ese trabajador hasta el minuto. Así es como funciona la tecnología de Smart Harvest, el sistema de control de cosecha que adoptó la empresa Agrifrut para recopilar información en línea y revisar a cualquier hora del día datos del avance de la cosecha.
En consecuencia la em-presa y el trabajador tienen conocimiento de cuántos capachos están haciendo y el comportamiento de cada una de las personas que están en la labor, cuenta Vicente Valdivieso, gerente agrícola de Agrifrut.
Adicionalmente, destaca que con este sistema hay dos puntos de captura de datos: el que genera quien está cosechando y quien cierra el bins. “Así nosotros también podemos saber cuántos capachos de cosecha se hicieron por bins. Antes teníamos que pesar los capachos aleatoriamente, sin saber si los cosecheros traían los kilos solicitados. Ahora, si los capachos vienen llenos y sabemos que el número que se registró en cada cierre de bins es el mismo, es que los capachos vienen con el peso que corresponde”.
De esta manera, la empresa cuenta con una herramienta de gestión, al igual que Jorge Schmidt y Compañía Ltda. En esta última entre 200 y 400 personas cosechan con despachos de al menos 200 bins y hasta casi 800 diarios. Así es que se vieron en la necesidad de llevar un control más detallado de la cosecha durante el día. “La planta nos preguntaba, para coordinar los procesos de la fruta, con cuánta fruta íbamos a llegar. Por lo tanto nos vimos en la necesidad de tener un control más en tiempo real que lo que podíamos tener preguntándole por radio a los encargados”, cuenta Javier Valenzuela, agrónomo de la empresa.
Agrega que con esta herramienta acceden al sistema y pueden saber cuántos bins llevan, la gente que tienen cosechando y la hora de comienzo y término, por lo que mejoran la gestión de cosecha. “Me sirve mucho porque en el fondo puedo saber en cualquier momento qué está pasando, información que te va permitiendo gestionar de mejor manera la cosecha”, analiza.
El registro de cosecha se realiza a través de equipos de alta resistencia, habilitados con NFC e internet móvil, que capturan la información del trabajador cada vez que entrega una unidad. Así lo explica Susana Romero, gerente y cofundadora de Smart Harvest, quien agrega que la información capturada se envía en tiempo real o se almacena en el equipo cuando no hay señal disponible, y se envía automáticamente cuando hay internet. La aplicación web genera de manera automática los reportes que pueden ser descargados en PDF, Excel o CSV.
Según indica Romero, el uso de este sistema genera mejoras en todos los niveles. “El cosechador trabaja tranquilo y confía en que el registro y pago serán justos, el supervisor se desliga de funciones de anotación y de sus habituales conflictos con los trabajadores por transcripción y pérdida de datos. La información para el pago está disponible de manera inmediata para los administrativos, y los reportes en tiempo real permiten tomar decisiones oportunas. Por otro lado, sin información no es posible hacer gestión y el sistema entrega una gran cantidad de datos fundamentales para hacer gestión de producción”, manifiesta.
Orden administrativo
Normalmente los cosecheros van juntando rejillas y salen todos al mismo tiempo. Así se forma una fila para que les reciban la fruta y se las pesen, con lo que pierden mucho tiempo. Estos largos periodos de espera a los que se veían sometidos los trabajadores para entregar su mercadería fue lo que hizo que en Empresas Puríssima decidieran implementar un sistema de control y monitoreo de cosecha a distancia, creado por ellos mismos. Así lo cuenta Rodrigo Barros, gerente general de la compañía, quien aclara que ante la falta de desarrollo, en el año 2015 optaron por implementar el sistema Sofía de la empresa Reset.
Este consiste en una pulsera asociada a cada trabajador y un sensor denominado Lila –que en mapudungun significa tiempo de cosecha-. Los trabajadores pasan la pulsera por el sensor y automáticamente se envía la señal a la aplicación Sofía, identificando el nombre del trabajador y los kilos que lleva cosechados hasta el momento.
Al implementar este tipo de herramienta el objetivo de Empresas Puríssima pasaba por agilizar el proceso de cosecha y automatizar la parte administrativa.
“Al contar con un software (plataforma), uno va dejando todos los registros online y hay menos intervención de la gente con las anotaciones en libreta o cuaderno. Entonces también hay más transparencia tanto para el cosechero como para la empresa y uno puede ir sabiendo de inmediato cuántos kilos van cosechando a lo largo de la mañana cuando uno se mete en el sistema”, explica Barros.
De esta manera uno de los grandes beneficios pasa por la rigurosidad y celeridad de la información. A ello se suma la erradicación de los reclamos de los cosecheros. Al pagar por kilo existían diferencias entre lo que los trabajadores aseguraban tener y los valores que ponía la empresa. “Con esto se transparenta, es una pesa electrónica, todo va online y la gente se queda con su recibo. Ya no hay reclamos cuando uno paga las liquidaciones”, señala.
A juicio de Jaime Flores, director de plataforma de Reset, otro beneficio de esta tecnología pasa por una producción más eficiente. Según cuenta, los productores colocan un rango numérico de cómo van a medir la producción, la aplicación incorpora los datos y aparece en colores si el cosechero cumplió ese rango o se encuentra por debajo. A modo de ejemplo, al implementar este sistema, en Puríssima pasaron de cosechar 40 kg promedio a 70 kg promedio. Asimismo, ha significado una eficiencia en el tiempo, con un 20% de mayor rapidez en el proceso de una jornada.
Otro aspecto que destacan sobre esta herramienta es su bajo costo. Según aclara Flores se trata de una pulsera reutilizable de $1.000 más IVA; a lo que se suma la aplicación que posee un costo de vinculación a la plataforma de $5.000 anual. En tanto, el dispositivo Lila tiene un costo de $190.000. “Estamos hablando de un costo bajísimo en comparación a la tasa de errores que se cometen en papel en cosecha”, enfatiza.
Desde hace tiempo, uno de los grandes problemas en el agro chileno es la gestión de mano de obra y los diversos procesos que ocurren durante la cosecha. Quizás el cambio sea que hoy día existen herramientas para su control.
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