
Jornada de Citricultura 2024: ¿Cómo mejorar la calidad de los cítricos nacionales?
Según Juan Enrique Ortúzar, presidente del Comité de Cítricos de Frutas de Chile, el sector está en su techo: “Hay que encontrar cómo crecemos, lo que nos llama a un mayor análisis sobre competitividad, más inversión, planificación para detectar las oportunidades y aprovecharlas”.

De acuerdo con Ortuzar, estar cerca de las 400 mil toneladas establecidas es un techo que implica un gran crecimiento y representa casi US$500 millones. “Este incremento ha estado enfocado principalmente en EEUU. Estamos muy orientados en ese mercado que ha sido muy bueno, pero en el cual enfrentamos más competencia no sólo de nuestro propio crecimiento de volumen, sino que también de otros proveedores del hemisferio sur, como Uruguay, Perú, Sudáfrica, Australia y México. Agregaría también el crecimiento en Argentina. Por lo tanto, esa mayor competencia es un desafío tanto en productividad como en calidad”.
En materia de productividad, hoy la industria está estable en las 15 toneladas por hectárea, lo que da cuenta del margen para mejorar esa productividad, lo cual es sin dudas un desafío importante. “La superficie plantada ha crecido y según el último catastro estamos en 29.500 hectáreas. Australia tiene casi 30.000, así que estamos casi con la misma superficie”, indicó.
De acuerdo a Ortuzar, en los últimos 20 años el sector citrícola ha crecido, pero la industria frutal de Chile mucho más. “Seguimos siendo el 7%. Estamos en 29.500 hectáreas, donde la principal especie como grupo es la mandarina con cerca de 8.000 hectáreas, seguida por la clementina con 4.000 hectáreas. Un hecho que es interesante porque hace 20 años en Marruecos y España la principal especie fue la mandarina. Por lo tanto, el sector se va pareciendo a otras industrias frescas del Mediterráneo, que se ha adaptado a lo que el mercado pide”.
Respecto a los desafíos, el presidente del Comité de Cítricos de Frutas de Chile señaló en primer lugar al cambio climático, “que está afectando la producción, especialmente del norte, y por lo mismo, crecer requiere de un mayor análisis para incrementar la producción, tanto en el norte como en la zona centro sur del país. Tenemos pocas variedades que están funcionando bien. Ante este escenario, tendremos que incorporar algo más de productividad, de portainjertos para poder seguir creciendo. El desafío es grande, ya que, cuando uno ve esta revolución que se realizó en cuanto a variedades para ingresar al mercado de EEUU, que estaba prácticamente vacío. Hoy, la situación es distinta. Antes era más fácil tomar el rumbo sobre dónde crecer. Sin embargo, hoy estamos en un tope. Hay que encontrar cómo crecemos, lo que nos llama a un mayor análisis sobre competitividad, más inversión, planificación para detectar las oportunidades y aprovecharlas”.
Así las cosas, Ortuzar cree que el crecimiento futuro está frenado porque se está ante una resistencia de crecimiento. “Hay empresas que han arrancado cítricos, han sacado las mandarinas, como algunas empresas de la cuarta región con poca agua, y las han cambiado por paltos. A este desafío de la sequía se suma la creciente competencia en EEUU. Por ejemplo, Argentina este año envió 80 mil toneladas a EEUU y eso es mucho”, indicó.
Manejos integrados de plagas y manejos productivos
La jornada también contó con las exposiciones de destacados expertos que se enfocaron en temas como el manejo integrado de plagas y productivos. Una de ellas fue Pilar Larral, entomóloga de Biocea, que presentó sobre “Manejo holístico de plagas en cítricos, ¿Qué elemento es necesario incorporar para lograr un huerto sustentable”.
La entomóloga recalcó la necesidad de avanzar en prácticas más sustentables, ya que el uso continuo de productos afecta el suelo y con ello la disponibilidad de nutrientes: “Siempre hay problemas de manejos, por ello tenemos que ver lo que pasa con el entorno. En las plagas tenemos problemas. El cambio climático nos afecta, ya que los ciclos de las plagas están cambiando. Por otro lado, no se quiere hacer monitoreo porque es caro y requiere de una persona especializada. Sin embargo, compramos un producto que no es económico, lo aplicamos y nos damos cuenta de que no son muy eficientes. Nuestra agricultura es muy dependiente de los insumos lo que ha hecho que nuestro suelo tenga baja disponibilidad de nutrientes y esté más contaminado”, agregó.
Natalia Olivares, entomóloga de Biopestagro, habló sobre “Avances en investigación sobre manejo y control químico de Aoinidiella Aurantii”. La escama roja, según dijo, está presente en Chile, EEUU, Nueva Zelanda y España, donde hay mucha investigación, ya que fue un problema que tuvieron antes que en nuestro país. A nivel nacional está presente desde la Región de Arica y Parinacota hasta la región Metropolitana, es decir en todas nuestras zonas citrícolas, lo que nos obliga a aprender a manejarla.
En tanto, el experto argentino, Juan Pedro Bouvet, investigador responsable de la Sección de Entomología de Frutales en la EEA Concordia del INTA, entregó el tema: “Valorización del grupo de los depredadores, como agentes de control biológico de plagas en cultivos de cítricos”. “Es importancia de observar la trazabilidad de los fitosanitarios en cítricos para poder contar con más información sobre su posible impacto sobre el medio ambiente y la salud humana. Ello dentro de un mercado internacional cada vez más exigente, en temas de sustentabilidad”.
Johanna Martiz, académica e investigadora, Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales, Pontificia Universidad Católica de Chile, realizó una exposición sobre “Análisis de la influencia de las fluctuaciones del clima sobre el desarrollo y productividad de los cítricos”. “Tenemos temperaturas altas, bajas, también las heladas que influyen en el crecimiento de los cítricos. A lo que se suma el viento, que nunca lo consideramos cuando hablamos de clima y que es un factor relevante cuando se trata de producción (…). La temperatura es quizá el factor más importante para el crecimiento de la planta, ya que sin temperatura no hay crecimiento ni producción. La temperatura base que genera que un cítrico comience a brotar es de 12,5 °C de aire, de ahí hacia arriba comienza la brotación. Con temperaturas menores a esa cifra no tenemos brotación. Por lo tanto, los 12,5°C hacen que la brotación comience antes, es decir 10 a 15 días antes. Lo mismo pasa con la influencia que tiene en los tipos de brotación. Uno es sobre la carga frutal, que se relaciona con cómo el árbol responderá en primavera, y otra tiene que ver con la temperatura y cómo se va desarrollando”.
La investigadora también realizó una presentación respecto al “Comportamiento de portainjertos para cítricos bajo condiciones de exceso y falta de agua”. Según Martiz, los resultados del trabajo de análisis realizado muestran en esta primera etapa de evaluación que “Macrohphylla es el portainjerto más sensible al estrés hídrico, debido a que no genera una respuesta para reducir la pérdida de agua. En tanto, Swingle Citrumelo y C-22 son los portainjertos con una respuesta clara al estrés hídrico, ya que tienen la capacidad de evadir y tolerar la sequía. C- 35 registró un comportamiento intermedio, presentando reducción de parámetro fisiológicos, pero logrando inducir el crecimiento en el período de estrés, con una condición deseable”.
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