
Un alivio, nada más, nada menos
La sequía es un proceso gradual, y por tanto no tiene sentido pretender una solución puntual ni un alivio inmediato. Pero es cierto que toda precipitación o aumento en el nivel de los embalses son, no solo una buena noticia, sino además un paso hacia la normalización o al menos el respaldo para mantenerse fuerte […]

Respecto a octubre de 2020 el nivel de los embalses es superior en 195,7 millones de m3 (+3,5%) y en relación al mismo mes en el 2019 la diferencia es de -369,8 millones de m3 (-6,1). Entre el 18 y el 25 de octubre, el volumen aumentó en 151,3 millones de m3 (+2,7%). Los cinco embalses más grandes acumulan 4.044,7 millones de m3, equivalentes al 70,5% de las reservas de la red, con un déficit histórico de -22,8%.
Por su parte, las precipitaciones siguen con un déficit histórico de -32% y tampoco se observan variaciones relevantes en las regiones de Coquimbo (-80%), Valparaíso (-69,5%), Arica y Parinacota (-67,7%), Atacama (-59,2%) y Metropolitana (-54,7%), que presentan los peores registros. En tanto que las regiones de Tarapacá (48%) y Antofagasta (16%) continúan con precipitaciones superiores a sus promedios. Respecto al 2020 en el mismo período, el 2021 presenta un registro menor (-13,7%).
Pero lo dicho: no existe una solución única ni definitiva. Por eso es que también el MOP se reunió con universidades a las que les solicitó trabajar en conjunto en soluciones innovadoras para enfrentar la sequía.
“Las universidades tienen el talento, el acceso al conocimiento, a la ciencia y a la tecnología, que son necesarios”, explicó el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno. Por su parte, el Estado deberá establecer no solo el marco necesario para que esas eventuales propuestas puedan implementarse sino también mantener una política de largo plazo, sin que las elecciones o los eventuales cambios de signos políticos tengan mayor relevancia que los aspectos técnicos.
Fotografía: MOP
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