
Una mirada integrada al cambio climático y la biodiversidad
Que el cambio climático y la pérdida de biodiversidad son dos de las más grandes amenazas que sufre nuestro planeta ya no es ninguna novedad. Pero un estudio presentado por un grupo de científicos de Argentina, Bélgica, Japón, Reino Unido, Estados Unidos, Luxemburgo, Alemania, Hungría e Italia, dio las pruebas más sólidas hasta hoy sobre […]

Además del cambio climático, principalmente por la emisión de gases contaminantes, los otros cuatro impulsores de la pérdida de la biodiversidad son los cambios en el uso del suelo y de los océanos, la explotación directa de los recursos naturales, la contaminación (incluyendo los plásticos que llegan al mar), y las invasiones por especies introducidas. En ese sentido, el estudio habilita una crítica que puede resultar tan constructiva como incómoda: que el cambio climático y la pérdida de biodiversidad se han abordado en gran medida por separado, mediante diferentes políticas que no siempre han considerado el otro problema. Un ejemplo de esto son los biocombustibles, que se proponen como una forma de llegar a cero emisiones de carbono, pero que implican la expansión de las plantaciones sobre los bosques naturales.
Para determinar qué factores antropogénicos son las causas directas más importantes, se analizó estadísticamente el impacto reciente de los impulsores hallados a través de una amplia revisión comparativa. Allí se demuestra que el cambio en el uso de la tierra y el mar ha sido el principal causante directo de la reciente pérdida de biodiversidad en todo el mundo. La explotación directa de los recursos naturales ocupa el segundo lugar y la contaminación, el tercero; el cambio climático y las especies exóticas invasoras han sido significativamente menos importantes que los dos principales impulsores. Los océanos, donde dominan la explotación directa y el cambio climático, tienen una jerarquía de impulsores diferente a la de la tierra y el agua dulce. También varía entre los distintos tipos de indicadores de biodiversidad. Por ejemplo, el cambio climático es un impulsor más importante de los cambios en la composición de las comunidades que de los cambios en las poblaciones de especies. Como conclusión, los investigadores afirman: “Detener la pérdida de biodiversidad mundial exige políticas y acciones que aborden todos los principales factores y sus interacciones, no algunos de ellos de forma aislada”.
Fotografía: Richard Whitcombe | Crédito: whitcomberd – stock.adobe.com
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